jueves, 21 de julio de 2011

De aquí a la eternidad

Noches frías de Julio. Quien nos lo iba a decir hace años, cuando nuestras manos sudaban al amanecer y no era precisamente por los nervios. Un tiempo extraño. Como si una monumental tormenta estuviera cerca. De esas que vienen y se lo llevan todo. Y la vida tal y como la conocimos hasta ahora dejara de existir. Como si no hubiera días mas allá de agosto.
Es raro, he visto muchas noches de Julio desde esta cama, y desde luego si algo no podía ni intuirse siquiera, era cualquier atisbo de brisa. Supongo que eso nos hace estar menos agotados, preparados, con ganas. Intensos. En medio de la intensidad encontramos tiempo para hacer la maleta, por si acaso. No va a ser el tiempo quien tome esta decisión.

ESCUCHAR



Y aunque no lo digamos, sabemos que esta ahí, entre frase y frase, cuando no clavamos los ojos y preferimos mirar al suelo, cuando contamos las monedas del bolsillo. Porque si algo aprendimos, es que el miedo es para los cobardes. No vamos a ser nosotros quienes reconozcamos tenerlo. Porque en realidad todos sabemos, que lo único que ocurre, es que este es el ultimo verano que tendremos vértigo.