jueves, 3 de diciembre de 2009

La delgada linea roja

Si. Hoy puedo vaticinar la derrota. Es como cuando el ambiente se electrifica y puedes sentir la tormenta avecinarse. Pero lo dificil no es sentirla, ni siquiera asumirla. Cualquier cobarde hijo de vecino sabe hacer eso. La mayor dificultad es evitarla.
Victoria. Dulce placer. No hay mejor victoria que la conseguida cuando se estaba saboreando la hiel del fracaso. Y me cuento 20. Sobre todo si la batalla fue cruel y sangrienta. Manipulación y sin sabores están servidos.



Entonces cambia el sabor, a veces incluso el olor. Y es que los ojos del ganador brillan más. Sea cual sea la recompensa. Adentranse en la maleza con una venda en los ojos es lo que tiene, en la salida no solo hay luz, también hay gloria.
Sonrie. Olvida ese gesto de altaneria, que antaño asustó al adversario, la batalla terminó. Muestra al mundo que tú no eres uno más. Enseñanos lo que eres. Eres un jodido privilegiado: has ganado.
Ahora solo queda recoger los restos del naufragio. Daños colaterales que los llaman.

Moraleja: Ganar no es sinónimo de salir sin magulladuras. Be carefull honey! No hay nada más peligroso que una herida mal curada.

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